domingo, 4 de julio de 2010

BABY, BABY, CALL ME NOW... Los teléfonos públicos de Entel.

create avatar
La blonda afro Luisa Albinoni nos taladró la cabeza con su mítico latiguillo "¡Hola, mamiii...!", que repetía una y otra vez gracias a un símbolo ineludible de la comunicación telefónica comandada por la Entel de los ochenta: los teléfonos públicos. Imposible olvidar los vetustos apratos anaranjados y las cabinas acrílicas -quasi galácticas- que recubrían a los aparatos a cospel. Las calles porteñas se modernizaron con la escenografía espacial que la empresa del Estado instaló por doquier y hacía las veces de elemento indicativo de la avanzada hi tec. Más cerca de lo lúdico que de lo funcional, recuerdo que el interior calado con micropuntitos y la observación del cielo a través de las semiesferas de cromaticidad pop me provocaban una atracción casi hipnótica. Cospeles, discado y burbujas en naranja, rojo y otros colores estridentes delineaban el perfil de lo que más adelante serían los locutorios. Toda una mística: ir al kiosco a comprar las redondeces de opacidad dorada, dirigirse a un teléfono que funcionara bien y no hubiera sido destrozado por vándalos, discar y lograr enlazar con otro receptor. El paleolítico del i-Phone, las antípodas del 4G.

3 comentarios:

Zoqueta dijo...

Oooohh eran geniales! Me encantaban esas cabinas, las de ahora no son ni ahí tan copadas.

JOTAELE dijo...

Pero era dificil encotrar un telefono público que funcioanara. Ni que hablar de encotrar los fatídicos cospeles...No todo tiempo pasado fue mejor

eduardo dijo...

Las cabinas ochenteras de ENTel eran un calco de las brasileñas, pertenecientes al entonces sistema Telebras (Telesp, de São Paulo, que ahora es Telefônica; Telerj, de Rio de Janeiro, actual Oi, etc). Se presentaban en amarillo, rojo, azul marino y verde inglés. Recién en 1990, Telefónica tenía cabinas idénticas a las de ENTel pero en verde banana antes de traer cabinas españolas, y Telecom las tenía en azul Francia antes de imponer cabinas con un entonces nuevo diseño.