lunes, 7 de diciembre de 2009

VOLARE, OH OH Durante uno de mis vuelos a Villa Gesell cometí la irreverencia de llevarme la cartilla de a bordo. Travesuras de nene y memorabilia 80's.

Cuando era chico, Villa Gesell tenía un aeródromo que funcionaba de manera activa. La pista acotada, recortada en medio del verde llano que se alejaba 3 km de la entrada a la ciudad, acogía a los vuelos estivales de Aerolíneas Argentinas, Lapa y algún que otro piloto particular. Algunos de los pasajeros que elegían las nubes iban también a Pinamar o a Cariló. Eran épocas en las que subirse a un avión no era tan oneroso, y resultaba práctico y divertido: el lapso entre Aeroparque y el mar era de 40 minutos. A Gesell llegaban el Fokker F28 y el Boeing 737 (o "la chancha", como se lo denomina en la jerga aeronáutica). A pesar de ser pequeña, la estación aérea tuvo su accidente y todo: en 1988 un avión se salió de la pista al patinar sobre el asfalto mojado tras la lluvia y se incrustó en el barro. Un año antes, había tenido lugar mi primer viaje en avión. Por esos días, viajar por Aerolíneas Argentinas era un orgullo. BONUS: un comercial de Aerolíneas Argentinas, emblemático de mediados de los ochenta.

3 comentarios:

Federico Gauffin dijo...

Yo tengo un juego de cubiertos... Jajajaja

Anónimo dijo...

que grandee! ochentero y fanatico de la aviacion.. por fin enceuntro uno como yo! un abrazo!

Anónimo dijo...

que grandee! ochentero y fanatico de la aviacion.. por fin enceuntro uno como yo! un abrazo! pd mi nombre es martin pezzente