Émulo de un ovni colorido, el frisbee data de principios de siglo, pero fue durante los ochenta cuando adquirió relevancia en el ranking de juegos a la orilla del mar. Arrojado a máxima velocidad, atravesaba el aire con elegancia y llegaba a la mano del receptor con delicadeza. Me acuerdo que a mis siete años tenía uno de Kodak, amarillo y rojo, que me acompañó durante varios veranos.
martes, 26 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pero también es viejo, muy viejo!!! En los 60 ya era popular
Publicar un comentario